Noveno Legado - Legado Infernal

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...y llegados a este momento, unas últimas líneas.

El tiempo ha pasado. La Crónica de “Legado” comenzó a idearse allá por el año de Nuestro Señor del 2.006, y si mal no recuerdo, en el siguiente año comenzó a interpretarse. Ha sido una de las Crónicas más queridas por mi, no por considerarla la mejor, que no creo que sea la mejor que he podido idear, pero para mi supuso “mi regreso” al mundo del rol. ¿Y que demontres digo con esto? Quiero decir que la vida, por los compromisos que vas adquiriendo, sean familiares o profesionales, te pueden alejar fácilmente de algunos de tus ocios, y en mi caso me alejó de las mesas de rol... Por fortuna, las cosas tomaron un camino que me permitió volver a sentarme y poder tirar unos dados.

 La primera intención fue hacer unos módulos, cuyos guiones “primigenios”, de los nueve, se idearon mientras no podía “jugar”, pero que no hacía que me olvidara del rol. Por este motivo, las escribía con muchas ayudas y explicaciones, pues no estaba en mi ánimo el dirigirlas, sino más bien que lo hicieran otros. Tal vez ha habido demasiadas ayudas, tal vez la Crónica no sea sencilla de llevar a la mesa de juego pues no hubo sesiones de “prueba”, tal vez no la juegue nadie más que mi grupo de amigos... Pero al final del camino, “Legado” ha merecido la pena...

Ahora es el momento de recordar el enorme esfuerzo de Ani, que tras la desgracia de “perder” mi “biblioteca” de esta Crónica, pues dos discos duros se me “murieron” en apenas dos días con todos los documentos de trabajo de la Crónica, se dedicó a re escribirme mucho de lo que había “muerto”. Muchas gracias por estar ahí, y eso, sin gustarte esto del rol.

También quiero mencionar a Alipio, Diego, Fernando, Roberto y Rodrigo, que han sido Olmedo, Crocenera, Steiner, Lluna y Piedrasacra... Ellos han llevado mucho de la Crónica, jugando, animando, y presionando para continuar escribiendo el “Legado”. Y especialmente a Roberto y Rodrigo por ayudarme a terminarla y valorarla...

Y por último, a quien tuviera a bien haber leído todo, también gracias por haber tomado el tiempo y el ánimo de hacerlo.



Aquí, en la Ciudad de los Dioses,
aprovechando lo encontrado y su secreto
Mis hermanos y yo hemos escondido
la Clavícula de Salomón...
Se que esconde un secreto.
El secreto de Eternidad.
El Secreto de mi debilidad.
Sea lo que sea,
se que debo ocultarlo
de mi mismo.
Esta ha sido mi última voluntad como hombre
y estas son mis últimas palabras como hombre.
He negado mis recuerdos a lo que vendrá.
Lo pasado le será vedado.
Por siempre.
Mi alma camina poco a poco hacia el Infierno.
Cada noche que pasa su oscuridad me inunda.
Evitamos el Renacimiento de Naberius como Señor de Todo,
pero su esencia infernal y su poder no murió,
crece dentro de mi y cada vez es más poderosa.
He visto lo que sucederá
y cada generación será sacrificada para que
la esencia del Infierno continúe su Legado.
No somos Naberius.
Somos más.
Somos Demonio con Alma Inmortal.
Somos más que un Dios.
Así hasta que llegado el Final del Camino
seamos plenamente Inmortales.
Dios y Demonio en la Tierra.
Más allá de su poder y comprensión.
Y ese Legado me aterroriza,
a mi y a mi familia.
Por eso entrego estos papeles,
los últimos de mi voluntad
a mis hermanos,
para que se protejan de mi y de ellos mismos.
Ese es nuestro terrible Legado.

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